Para conseguir el permiso hace falta tiempo. En caso de obras menores (en las que no se tiren tabiques ni se construyan elementos nuevos) es necesario avisar con una semana de antelación. Si la reforma es una obra mayor, el propietario habrá de presentar el proyecto al Concello con, al menos, seis meses de antelación.
Como cualquier trámite municipal, los costes no faltan. En este caso ascienden al 3,5% del valor final de la obra. Así, por ejemplo, por cambiar un grifo (cuesta una media de 80 euros) hay que abonar 2,8 euros, mientras que por pulir y barnizar el parqué de un piso de 50 metros cuadrados (un trabajo que ronda los 800 euros), la licencia se otorgaría previo pago de 28 euros.
Sin embargo, desde el Concello aseguran que son una minoría quienes piden estas licencias para la realización de obras menores. Según las últimas actas de la Xerencia de Urbanismo, los particulares representan sólo el 35% de los permisos medios concedidos en los últimos meses.
Ahora bien, quienes incumplen la normativa se arriesgan a que su obra quede paralizada. La Policía Local se encarga del control y puede paralizar las obras hasta que el propietario tenga el permiso correspondiente. Así le ocurrió el pasado 17 de septiembre a un vecino del camino Costureira que estaba habilitando una fosa séptica y, según los agentes, «manifestó desconocer la necesidad de pedir permisos».
Ayudas para los cascos históricos
El Concello ha dado ya 34 ayudas para la rehabilitación de viviendas en las zonas del Casco Vello y el casco histórico de Bouzas. El importe máximo por inmueble es de 16.666 euros. Ahora desde el Gobierno municipal están tramitando otras 65 solicitudes más.
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